La cantante californiana, que se encuentra de gira en Asia presentando su último trabajo, The Sweet Scape, lleva toda la semana siendo noticia por la polémica desatada en Malasia, uno de los países que va a visitar con su tour. El grupo de estudiantes musulmanes mayoritario en el país pidió, a través de su presidente, la cancelación inminente del directo de la estrella del pop, por ser “demasiado obsceno y provocador”.
Ahora, para salir al paso de la polémica que se ha levantado en este país de mayoría musulmana, pero de cariz moderado, los representantes de Gwen Stefani ha declarado que rebajara considerablemente el tono de sus conciertos, usando “ropa menos reveladora” y tratando de que sus movimientos no hieran la sensibilidad del público malasio.
El concierto del próximo 21 de agosto en Kuala Lumpur será por tanto una actuación “especial” para la autora de Don't speak. No podrá hacer su típico show caliente y atrevido, ya que según la guía oficial para artistas extranjeros, “una mujer que se presenta en Malasia debe estar cubierta desde el pecho hasta las rodillas; no debe saltar, gritar o arrojar objetos en el escenario o al público; no puede dar besos, abrazos ni mensajes obscenos o relacionados con drogas”.
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