Dos meses en una clínica de desintoxicación de Utah y una exitosa recuperación han bastado para que la jovencísima Lindsay Lohan se despida de Hollywood, el lugar que la llevó a refugiarse en el alcohol. Según publica la web Celebrity Wonder, la actriz ha confesado que el motivo más importante por el que decidió rehabilitarse fueron las constantes disputas que su adicción generaba entre sus padres.
Con el fin de evitar tentaciones, Lindsay ha prometido no sólo apartarse de las fiestas de la Meca del cine, sino abandonar la ciudad por completo, es más, tan solo volverá a Hollywood para promocionar el próximo estreno de su película Dare to Love Me, inspirada en la biografía de Carlos Gardel. Después, seguirá viviendo en Utah, donde, según confiesa, además de haber permanecido sobria, se ha encontrado así misma y ha tenido mucho tiempo para pensar, de una forma diferente, en todas las personas que forman parte de su vida.
Aunque no quiere culpar a nadie, Lohan ha declarado que a partir de ahora se rodeará de buena gente, aquella que, según dice, conserve sus corazones y sus mentes en el lugar correcto. La actriz ha añadido que las tentaciones siempre están ahí persiguiéndola pero que esta vez está siguiendo el buen camino y, por lo tanto, no hay nada que pueda afectarle de forma negativa. Sus fans no tienen por qué preocuparse ya que la actriz ha negado rotundamente que vaya a retirarse de los escenarios.
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