La nueva cara de Jude

Law saltó a la fama por su papel como Dickie Greeleaf en The Talented Mr. Ripley del Anthony Minghella, pero desgraciadamente también se hizo mundialmente famoso gracias a las portadas de los tabloides. El actor tuvo la mala idea de engañar a su novia (Sienna Miller) con la niñera de sus hijos, todo el mundo se enteró y terminó pidiendo perdón en televisión.

Pero a pesar de eso Jude a logrado colocarse como uno de los actores más solicitados del cine y del teatro en Inglaterra, su trabajo en cintas como Closer, Cold Mountain y Breaking and Entering ha sido reconocido por los críticos. Por suerte parece que el actor aprendió la lección y ha desaparecido de las noticias amarillistas. Últimamente su trabajo es el que habla por él.

Un actor con mente de productor

El actor inglés que comenzó su vida como actor en los escenarios ingleses con sólo 12 años, edad en la que se unió al National Youth Theatre está de regreso en la gran pantalla con el thriller psicológico Sleuth. En dicho filme comparte la pantalla con Michael Caine, fue dirigido por Kenneth Branagh y además es uno de los productores de la misma.

Law estuvo en el Festival Internacional de Cine de Toronto para promover su nueva cinta y se tomó unos minutos para hablar con Univisión.com.

En esta cinta además eres productor. ¿Esa labor afectó de alguna forma tu trabajo delante de la cámara?

"No lo creo. Supongo que el ser productor me hizo sentir un poco más responsable. Así que como traté actor de servir a la historia y nada más".

"Nunca tuvimos la intención de rehacer la película original, porque es una muy buena película. Esta vez se trataba más de llegar a la esencia de la historia que para mi es universal y que es: ¿por qué dos hombre pelean y en qué se pueden llegar a convertir? Una pregunta que nadie ha respondido correctamente, creo. Quería saber exactamente qué los motiva a jugar un juego tan peligroso".

Michael Caine asegura que se llevaron muy bien al hacer esta cinta. ¿Qué tienes en común con él?

"Bueno supongo que somos parecidos en algunos aspectos, somos actores a los que no les gustan mucho llamar la atención o hacer cosas espectaculares en la pantalla. Creo que ambos nos inclinamos más por la idea de trabajar duro y hacer lo que sea necesario por el personaje. Creo que ambos nos tomamos muy en serio nuestro trabajo y disfrutamos mucho de un set con un ambiente relajado y feliz. No respondemos bien a los dictadores que gritan todo el tiempo. Ambos estamos conscientes de que tenemos suerte de poder dedicarnos a esto".

Debe haber sido un set diferente, ya que los únicos actores eran ustedes dos.

"Lo que sí te puedo decir es que era un set muy amigable y relajado. Fue una filmación fantástica y por desgracia la experiencia duró muy poco. Todo mundo estaba feliz de estar ahí, aunque era una cinta que necesitaba de mucha precisión en detalles como los escenarios, la cámara y la luz".

"La intensidad que se ve en la pantalla se logró gracias a que ensayamos algunas semanas antes filmar. Así que sabíamos exactamente lo que queríamos y cuando llegamos al set hicimos lo que teníamos que hacer de forma precisa y muy rápida".

¿Michael Caine te dio algún consejo para interpretar a Milo? Ya que él hizo ese personaje en la película original.

"No porque creo que él estaba muy consciente de que yo estaba interpretando a un personaje muy diferente, porque la adaptación del guión de Harold (Pinter) fue tan completa, que mi personaje hace cosas completamente nuevas".

"Además creo que Michael no es del estilo de darte consejos, creo que él cree más en aprender durante la marcha y observando el ejemplo de los demás".

¿Hiciste algún tipo de investigación para construir al personaje?

"No hice gran cosa, porque después de tres años de trabajar con Harold Pinter en la adaptación conocía al personaje muy bien. Lo observé por tanto tiempo de una forma totalmente objetiva (ya que yo sólo era el productor en un inicio) que eso me dio todas las armas que necesitaba. Sentí que conocía muy bien las motivaciones del personaje. Sólo leí un estudio sobre una forma de tortura psicológica que se usaba durante la guerra, en ella que básicamente el preso cree que está por ser ejecutado".

¿Cuál es tu postura ante la actuación?, ¿Tu vida gira en torno a ella o ves los proyectos sólo como un trabajo más?

"No lo sé, creo que mi visión ha ido cambiando con el paso del tiempo. La actuación solía ser mi vida, pero ya no lo es. Quizá ha tenido que ver que ahora tengo hijos y supongo que he encontrado otras cosas que me mueven más. Pero tampoco puedo decir que lo veo sólo como un trabajo para sobrevivir. La actuación es una parte de mí que tengo la necesidad de seguir alimentando y cada día crece más".

¿Cómo empezaste en la actuación?

"Empecé en obras de teatro escolares. Tenía 6 años y me encantó. Después descubrí que mi maestra tuvo que ir a tomar un curso de actuación, porque yo le preguntaba tantas cosas sobre actuación que no sabía qué contestarme. La obra era sobre San Jorge y el dragón. Me temo que yo no era Jorge, pero tenía una enorme espada que me encantaba".

"Sólo recuerdo que por alguna razón me fascinaba la dinámica de la actuación y mis padres me apoyaron mucho, porque ellos hicieron algo de teatro a nivel amateur. Así que me llevaban mucho al teatro, y aquello creció y creció. Luego me incorporé a obras que no eran escolares, y a los 12 años me uní a un grupo de teatro (The National Youth Theatre) en donde ensayábamos constantemente y llevábamos las obras a festivales. También montamos algunas obras musicales que nosotros mismos escribíamos".