A Winona Ryder se le van las manos. Lo tiene todo, fama dinero, belleza, pero hay pequeñas cosas (en los estantes de tiendas y perfumerías) que a veces la tientan... a guardarselo en la cartera sin pagarlas. El tema ya le costó un mayúsculo dolor de cabeza en 2002, cuando la sorprendieron en la famosa tienda Sacks llevándose ropa.
La actriz intentó explicar que era "para un personaje que estaba preparando", pero el argumento no impresionó ni al personal de Sacks, ni a la policía ni a la justicia. Y hoy los principales medios de espectáculos en los Estados Unidos, la US Magazine y National Enquirer, informaron que Ryder fue nuevamente sorprendida, esta vez en una farmacia de Hollywood, llevándose maquillaje que no había pagado.
"No sé como llegó esto ahí", dijo abochornada Winona ante el personal de seguridad de la farmacia, alertado por los sensores ubicados cerca de la salida. De ser condenada nuevamente por ese delito, al ser reincidente, Ryder terminaría inexorablemente en prisión por un lapso mínimo de 3 años.
Por suerte para ella, los propietarios de la farmacia le salvaron la vida, porque cuando la actriz devolvió los cosméticos, la dejaron ir sin presentar cargos judiciales.
En 2002, la angelical Winona fue condenada por robar en un centro comercial de lujo. En ese momento, la prensa aseguraba que era el fin de su carrera y las remeras con la consigna " Liberen a Winona ", que comenzaron a verse de a miles, evidenciaban que la talentosa actriz se había pasado, indefectiblemente, al lado "B" de la farándula.
C inco años después de aquel episodio, Winona volvió al cine por la puerta grande. Es que si bien en estos años se hicieron populares una decena de actrices, los directores no pueden dejar de pensar en ella a la hora de ponerle el cuerpo a cierto tipo de personajes. Por eso, es la protagonista de tres películas: The Ten , Sex and Death 101 y The Last Word.
La actriz explicó a la revista Vogue que la decisión de no trabajar durante estos cinco años " fue voluntaria. " La atención de los medios fue lo más embarazoso", explicó. Sin embargo, aseguró que no se sintió "demasiado culpable", de haber robado. " No le hice daño a nadie. Si hubiera herido a alguien, entonces habría sido diferente", señaló.
Ryder fue condenada a cinco meses de prisión en suspenso, una multa y servicios sosciales. Tras el juicio, se trasladó de Los Ángeles a San Francisco, la ciudad en la que viven sus padres.
La actriz intentó explicar que era "para un personaje que estaba preparando", pero el argumento no impresionó ni al personal de Sacks, ni a la policía ni a la justicia. Y hoy los principales medios de espectáculos en los Estados Unidos, la US Magazine y National Enquirer, informaron que Ryder fue nuevamente sorprendida, esta vez en una farmacia de Hollywood, llevándose maquillaje que no había pagado.
"No sé como llegó esto ahí", dijo abochornada Winona ante el personal de seguridad de la farmacia, alertado por los sensores ubicados cerca de la salida. De ser condenada nuevamente por ese delito, al ser reincidente, Ryder terminaría inexorablemente en prisión por un lapso mínimo de 3 años.
Por suerte para ella, los propietarios de la farmacia le salvaron la vida, porque cuando la actriz devolvió los cosméticos, la dejaron ir sin presentar cargos judiciales.
En 2002, la angelical Winona fue condenada por robar en un centro comercial de lujo. En ese momento, la prensa aseguraba que era el fin de su carrera y las remeras con la consigna " Liberen a Winona ", que comenzaron a verse de a miles, evidenciaban que la talentosa actriz se había pasado, indefectiblemente, al lado "B" de la farándula.
C inco años después de aquel episodio, Winona volvió al cine por la puerta grande. Es que si bien en estos años se hicieron populares una decena de actrices, los directores no pueden dejar de pensar en ella a la hora de ponerle el cuerpo a cierto tipo de personajes. Por eso, es la protagonista de tres películas: The Ten , Sex and Death 101 y The Last Word.
La actriz explicó a la revista Vogue que la decisión de no trabajar durante estos cinco años " fue voluntaria. " La atención de los medios fue lo más embarazoso", explicó. Sin embargo, aseguró que no se sintió "demasiado culpable", de haber robado. " No le hice daño a nadie. Si hubiera herido a alguien, entonces habría sido diferente", señaló.
Ryder fue condenada a cinco meses de prisión en suspenso, una multa y servicios sosciales. Tras el juicio, se trasladó de Los Ángeles a San Francisco, la ciudad en la que viven sus padres.
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