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domingo, 23 de marzo de 2008

Colin Farrell: “Siempre me porto bien"


Las tupidas cejas, un arete en cada oreja, la barba de tres días sin afeitarse o el largo despeinado look con el acento irlandés de algunas malas palabras (que no se transcriben en la entrevista), es la marca registrada de Colin Farrell.

¿Hay algo en los personajes de cine que se identifican con el verdadero Colin Farrell?
Las canas, el pelo blanco que me está creciendo, son de verdad.

¿Agrega a veces algunos típicos insultos suyos, en medio de un diálogo?
Respeto siempre el guión. Y hoy me estoy comportando bastante bien. ¿No?

Irlandés por todas las extremidades, Colin James Farrell nació el 31 de mayo de 1976 en Castleknock, Dublín.

La fama la palpó indirectamente en otro rubro, al ser hijo de Eamon Farrell, un conocido jugador de fútbol del equipo local Shamrock Rovers, donde también jugaba el tío Tommy Farrell.

Por un tiempo, el mismo Colin estuvo a punto de seguir un camino parecido como futbolista y tomó una prueba en el equipo Boyzone, pero al final cambió de parecer y decidió entrar en la Escuela de Drama Gaiety en Dublín.

Todavía estaba estudiando cuando consiguió un papel en la miniserie Falling for a Dancer de la BBC y el rol secundario en la película The War Zone de Tim Roth.

Colin ya había aparecido en algunas películas de Hollywood como Tigerland y Hart’s War, cuando Steven Spielberg lo contrató por 2,500,000 de dólares para aparecer con Tom Cruise en la futurista superproducción de Minority Report.

Pero el primer éxito propio recién lo consiguió con la película Phone Booth y el suspenso que generó con la desesperación de estar atrapado en una cabina telefónica por la amenaza de un francotirador que no lo dejaba salir.

Con Angelina Jolie y Oliver Stone protagonizó después la historia de Alejandro Magno en Alexander y llevó al cine dos súper éxitos de TV como SWAT y Miami Vice.

¿Con la película In Bruges es la primera vez que utiliza el verdadero acento irlandés en cine?
Sí. Fue adorable, muy adorable, porque el acento es una buena avenida para cualquier personaje, ayuda a meterse y entenderlo mejor.

El título de la película In Bruges se refiere a la ciudad donde transcurre la historia y no parece ser un lugar favorito para su personaje cuando dice que “el infierno debe parecerse a Bruges”. ¿Era tan así en la realidad? ¿Le gustó la ciudad?
Era un pozo de mier... (Ríe). De verdad es un pozo de mier...

In Bruges lleva el título de una ciudad de Bélgica, ubicada a una hora de Bruselas, con paisajes medievales perfectamente conservados.

Y es ahí donde el personaje de Colin Farrell llega con su última misión como asesino a sueldo.

Su jefe (Ralph Fiennes) apenas si le había ordenado que disfrutara del paisaje antes de Navidad.

Y mientras Colin se enamora de otra ladrona local, la historia se entremezcla entre diferentes historias que se cruzan una y otra vez, con resoluciones inesperadas que resaltan la actuación de todos y cada uno de los protagonistas.

El alto nivel en las actuaciones es remarcable para una película de bajo presupuesto. ¿Ensayaron bastante?
Tuvimos tres semanas de ensayo, muy intensas. Y por un momento pensé que íbamos a perderle el gusto, pero el guión es tan bueno que nos mantuvo vivos.

¿Es verdad que piensan presentar la película en el Festival de Cine de Dublín? ¿Es lo más parecido al Oscar para usted, al volver a casa con una película propia?
Va a ser muy cool. Cada vez que un actor irlandés aparece en cualquier película de Hollywood apoyan muchísimo. Hay muchísimo sentido de orgullo en mi país. Y el solo hecho de ver un actor irlandés hablando con puro acento irlandés, con un director y guionista irlandés, espero que guste. Va a estar bueno.

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